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El Estadillo Social : una revolución chilena

  • Photo du rédacteur: Merly
    Merly
  • 24 nov. 2020
  • 9 min de lecture

Fotografía: Susana Hidalgo, 25/10/19



« Estadillo Social » : Movimiento chileno de protesta que empezó oficialmente el 18 de octubre 2019 y principalmente constituido por manifestaciones masivas.


Para entender este evento es necesario observar las consecuencias del pasado.



El 11 de septiembre 1973, Chile sufrió un golpe de estado que inauguró una dictadura militar, quitando el poder de las manos del primer presidente socialista de Chile (y del mundo): Salvador Allende. El país que se estaba transformando gracias a las varias reformas hechas para ayudar al pueblo se transformó radicalmente. Augusto Pinochet llegó al poder y defendió el liberalismo económico y sus acciones tendían a la privatización de los establecimientos públicos (bancos, cajas de ahorros, escuelas…) al igual que los recursos naturales (como el agua, los bosques, las minas de cobre…). Revolución capitalista. Desde entonces el país perteneció a los ricos, dicho de otra manera, a 7 familias principales que siguen al poder al día de hoy.


En 1980 una nueva constitución se redactó y un plebiscito la impuso al pueblo chileno, probablemente gracias a un fraude nacional al momento de votar. Los tiempos entonces eran diferentes y Pinochet hizo lo que quería, sin violar los derechos de nadie, según. Pero no es ningún misterio cual era el destino de los oponentes políticos o de cualquier persona que tenía una opinión diferente de la del gobierno (me refiero a la tortura, muerte o expatriación). Pero no voy a profundizar el tema de la vida bajo dictadura y tampoco de todos los cambios provocados por esta violente toma de poder. La idea principal es recordar que Pinochet llegó al poder por la fuerza y se quedó hasta 1990.


Empieza después un trabajo de reconstrucción política y social, siempre sobre las bases del régimen de Pinochet. La democracia vuelve, las elecciones son ahora controladas por observadores exteriores para que no haya fraude, etc. Mientras pasa el tiempo, varias enmiendas se hicieron a la constitución de Pinochet de 1980, pero el sistema establecido sigue siendo el mismo: Chile pertenece a los ricos. Estudiar e ir a la universidad cuesta una fortuna y muchísimos estudiantes se endeudan para eso. La jubilación es privada. El agua es privada. Las minas venden los recursos naturales a otros países con una ganancia casi inexistente para Chile. Los recursos son malgastados por las grandes empresas (como las mineras o las plantaciones de aguacates que secan los ríos sin preocuparse de las repercusiones para los agricultores y pueblitos alrededores).

Desde la dictadura, la desigualdad entre chilenos (los muy ricos y los pobres) está muy importante y se sigue incrementando. Existen muchos artículos e otros textos que estudian los efectos de la dictadura, que sean malos o buenos, tanto de un punto de vista social como económica y cultural. Les consejo leer unos de esos que sabrán explicar de mejor manera de donde viene el Chile y porque llego hasta acá.


Para los demás países de Sur América, Chile es un país atractivo con muchas leyes que protegen a los trabajadores, una economía poderosa, etc. Lo ven como una tierra de oportunidades. Por esa razón las migraciones son numerosas, creando una gran variedad cultural.

Sin embargo, para los chilenos, su situación es el resultado de sus esfuerzos y principalmente de su voluntad de vivir en un país mejor. Sus vecinos argentinos les enseñaron a manifestar (allá, cuando hacen un paro es todo el país que se pará).

Hasta 2019, las manifestaciones en Chile eran menores, pero les permitían lograr a veces sus cometidos, como la “revolución pingüina” en 2006. Los estudiantes salieron a la calle a manifestar para obtener una educación gratuita y accesible para todos. Obtuvieron por ejemplo la gratuidad de los exámenes para entrar a la universidad, becas de estudios, o reducciones para los estudiantes en los transportes públicos. Lo que más impactó de este movimiento era la totalidad del movimiento, prácticamente todas las escuelas y universidades estuvieron paradas en Santiago, y por varios meses. Pero no se solucionó todo el problema, hubo un mejoro pero la educación todavía no es gratuita para todos.

Muchas otras marchas de protestas se desarrollan con regularidad, hasta que en septiembre 2019 haya prácticamente una diaria. Marcha para el respecto de las mujeres y sus derechos. Marcha contra la privatización del agua. Marcha para la libertad de los presos políticos. Marcha contra la represión hacía del pueblo mapuche. La lista sigue.

Pero estas marchas no son escuchadas, el gobierno no reacciona.


Así está globalmente la situación en Chile: un pueblo muy enojado y unos dirigentes que no escuchan, sin importar que sean de derecha o izquierda. Lo que importa a los políticos es su propia persona y las leyes no aplican a ellos. Peor, unos roban impunemente, como el actual presidente Piñera que está en el corazón de muchos escándalos financieros. Anécdota extra: se salió del país para escapar a la justicia cuando le hicieron una orden para capturarlo, y volvió unas semanas después como si nada y no recibió el juicio que le prometieron.


En 2019, el país está listo para encenderse contra todas estas injusticias cometidas a lo largo de los años y que nunca serán rectificadas.


6 de octubre 2019: El evento detonante del estadillo social es la aplicación de la aumentación de tarifa del boleto de metro.

Lo que hay que saber, es que el metro había sido aumentado al inicio de 2019 y en 2018. Iba a subir otra vez. La ley acerca del tema dice que el precio del boleto de metro se ajusta al precio del combustible y por esa razón puede subir cuando es necesario. Un sistema injusto porque nunca baja y si los precios de los transportes públicos aumentan el salario mínimo se queda fijo.

Otra vez son los jóvenes que reaccionan en primero y que se ofendan frente a este abuso de poder. Se organizan vía redes sociales y hacen un llamado a evadir el metro (no pagar) e invadirlo. Cientos de estudiantes contestan presentes al llamado y se encuentran en las principales estaciones del centro de Santiago.


15 de octubre 2019: la situación degenera rápidamente y los carabineros son llamados para impedir estos actos de fraude. Una respuesta radical a un acta de protesta. La ira sube del lado de los estudiantes y algunos empiezan los actos de vandalismo. Varias estaciones de metro cierran y algunos manifestantes son heridos por las fuerzas armadas.


18 de octubre 2019: vía redes sociales, los manifestantes invitan a una marcha. A las 18hrs, después del trabajo, la gente sale a la calle. Es la manifestación más grande de Chile desde el plebiscito que hizo renunciar al poder a Pinochet.

Algunos días después, el gobierno se retracta y el precio del boleto de metro vuelve a su tarifa anterior, pero es demasiado tarde. La situación sale de las manos del gobierno. Muchos slogans se inventan para testiguar esta situación de revuelta:

« Chile despertó ». Los manifestantes no se van a callar hasta que obtengan cambios reales, ya entendieron la situación en cual están y tienen voz.

« No son 30 pesos, son 30 años ». Uno de los slogans más famosos. 30 años de abusos, viviendo en un sistema que viola los derechos de la mayoría para el beneficio de una minoridad.

« Hasta que la dignidad se haga costumbre ».

« No estoy en guerra ». Esta frase se refiere a una declaración del presidente Piñera para los manifestantes y justificando la presencia de los carabineros y militares en la calle para “proteger”. Su frase obtuvó varias respuestas y la más famosa declara que para estar en guerra se necesitan dos bandas y en este caso solo hay uno: el pueblo chileno.

« Ni tuya ni yuta », yuta significa puta en Chile. Mensaje feminista para reclamar el respeto de las mujeres, de sus derechos y libertades.

« Con todo sino pa’ que ».


Al día siguiente, 19 de octubre 2019, el Estado declara el estado de emergencia en consecuencia de los enfrentamientos entre los manifestantes y los carabineros. Las fuerzas armadas salen a la calle y el toque de queda se instaura.

Los llamados a manifestar los días siguientes son numerosos y todos están invitados, sin importar sus reivindicaciones.


El 25 de octubre, una nueva convocatoria a marchar se hace y esta vez es todo el país que sale a la calle. La idea es de unirse para ser escuchados y respetados. Ahora, no es una manifestación por un tema diferente diario pero la idea es que todos salgan todos los días para cada uno de estos temas que defienden. La política tiene prohibido involucrarse o intentar acapararse de este movimiento, ya demuestro su ineficacia.

¡Esta marcha se convirtió en la marcha más grande de la historia de Chile! Un millón hasta millón y medio de manifestantes en Santiago y tres millones en todo Chile. Este viernes en la noche, después de trabajar, las calles se llenaron. Una marea humana se dirigió hacia la plaza Baquedano, renombrada desde entonces en plaza de la dignidad. El epicentro de todas las manifestaciones. El centro de Santiago fue invadido. Todas las calles eran llenas por la multitud y se hicieron muchos reportajes y fotografías para testiguar lo que estaba pasando. Una agrupación masiva e impactante. El punto culminante del Estadillo Social. Un pueblo unido contra el gobierno y todos los abusos que se están haciendo.


También hay que mencionar el verso de estas marchas de protestación: excesos y actas de vandalismo. Varias estaciones de metro fueron quemadas al igual que unas paradas de bus, semáforos, edificios, monumentos… Los alrededores de la plaza de la dignidad fueron destrozados por individuos encapuchados. Gracias a los videos tomados por los manifestantes o los vecinos, podemos saber lo que se hizo. Y algunas imágenes atestiguan de un grupo de carabineros quemando una iglesia con gasolina, y luego este acto de vandalismo fue asignado a los manifestantes. Nace la duda. ¿Cuál es realmente la responsabilidad de los manifestantes acerca de todos los saqueos? Pero tampoco es de decir que los manifestantes son puro amor y paz. Si, varios de ellos aprovecharon la ocasión para destruir y atacar las fuerzas armadas. Al igual, hubo manifestantes que cuidaron los demás manifestantes.

La violencia policial en estas marchas llegó a unos extremos y muchos manifestantes (o personas que se encontraban en el lugar equivocado en el momento equivocado) fueron lastimados. Muchos perdieron la vista. Informes de organizaciones internacionales se encargaron de observar los eventos y de registrar todo lo que estaba pasando, atestiguando de la violación de los Derechos Humanos y principalmente del derecho a manifestar.


Este movimiento tuvo un real impacto sobre la política. El pueblo logró recuperar el poder que era suyo y obtener la aprobación de la ley permitiendo el retiro de 10% de los fondos de pensiones, solicitud que estaba en espera desde más de una docena de años. La otra victoria mayor es la organización de un plebiscito para aprobar o rechazar la redacción de una nueva constitución. La voluntad es de cambiar Chile y de hacer desaparecer los rastros del gobierno de Pinochet que siguen organizando la sociedad hasta el día de hoy.


El plebiscito se iba a realizar inicialmente en marzo, pero con la llegada del Coronavirus, el Estado amablemente decidió posponerlo hasta octubre. Las medidas sanitarias permitieron conservar el país tranquilizado y evitar las agrupaciones de manifestantes y los problemas que crearon un segundo Estadillo Social.

Inicio de octubre, ósea un poco de un mes antes del plebiscito, todas las cadenas de televisión difundían diario por 20 minutos los mensajes políticos. Cada partido político disponía de un cierto tiempo para comunicar su mensaje: aprobar o rechazar la redacción de una nueva constitución. Cada uno dio sus mejores argumentos… para quien tenía argumentos.

El estado intentó organizar votaciones seguras en tiempos de pandemia con una pluma por persona, respecto de la sana distancia, gel antibacterial y otros productos para desinfectar, etc. Pero no se tomaron medidas para quienes estaban contaminados por el Covid-19, entonces no pudieron ir a votar.


El domingo 25 de octubre 2020 se realizó el plebiscito, ósea un año después de la marcha más grande que conoció Chile en toda su historia. Era un plebiscito voluntario (no era obligatorio votar pero una acción cívica) y solamente el 50% de la población fue a las urnas. Sin embargo, los resultados fueron muy claros. 78% de los votantes eligieron la creación una nueva constitución. Es un proceso que durara varios años y que empezara con la elección de representantes del pueblo, otra pregunta de este plebiscito: estos representes serán todos elegidos por futuras elecciones o si la mitad de ellos venían del actual congreso. 79% de los votantes exigieron una convención constitucional, el mensaje esta simple: el pueblo chileno ya no quiere políticos.

Chile ganó las elecciones entonces ahora es tiempo de organizarse para escribir la nueva constitución lo que tardara algo de tiempo, pero lo más duro ya pasó: aceptar el cambio. Más de treinta años pasaron desde el fin de la dictadura y era tiempo para los chilenos de desatarse de estas trabas.


Después de este voto histórico, muchos políticos empezaron a moderar sus discursos y a apoyar el estadillo social o el “apruebo” probablemente esperando ser elegidos para redactar la nueva constitución. Entonces hay que esperar que otras personas capaces y más que todo consientes de la situación logran pararlos para hacer que este proceso siga siendo del pueblo y les permita obtener los derechos que están esperando tanto.

Podríamos imaginar que, después de esta victoria del plebiscito, el Estadillo Social se acabó. Pero las manifestaciones siguen. A un ritmo menor y con mucho menos manifestantes. Pero regularmente la Plaza de la Dignidad recibe manifestantes que siguen recordando al poder que el pueblo chileno está presente y que no volverá a dormir.



-Merly

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