Encerrados en 6 metros cuadrados en Santiago
- Merly
- 28 mai 2020
- 3 min de lecture
Dernière mise à jour : 13 juin 2020
¿Quién dijo que era fácil encontrar un departamento?

Por esta estancia en Santiago, Mike y yo reservamos un air bnb en la capital Chilena.
Nuestra primera elección era un cuarto en un departamento que parecía enorme, con una vista increíble hacia la Cordillera de los Andes, ubicado en una zona que parecía elegante, con alberca y gimnasio. El precio era muy barato, lo que nos pareció extraño, pero era la primera vez que el huésped ponía en renta su departamento y Air BNB hacia un descuento para atraer al público. Decidimos darle su oportunidad, hay que empezar de la nada algún día para llegar a ser un “súper huésped”.
Una semana antes de nuestra llegada, el huésped nos contacta para avisarnos que se equivocó en los precios, era su primera vez ocupando air bnb. Teóricamente habíamos pagado el precio de la renta por una única persona en vez de dos, y que de todos modos el precio pagado no era el precio esperado por el huésped por la renta. Entonces, nos escribió que iba a rectificar el monto de la renta, una disculpa por el error y que esperaba que lo entendemos. Nos iba a hacer el descuento 2x1 en el cuarto, como gesto comercial por su error, que solo iba a rectificar el precio de la renta. Entonces, revisamos en el sitio y nos llegó un correo para avisarnos que el precio de la reservación había sido cambiado por el huésped. O pagábamos la diferencia o podíamos cancelar la reservación sin ningún costo. Revisamos el precio de la renta y SORPRESA. El precio del cuarto había sido multiplicado por tres (y que teníamos la oferta 2x1, sino hubiera sido todavía más).
Obviamente, cancelamos la reservación y elegimos otra habitación rentando con un huésped con mayor experiencia. El precio de la renta estaba muy bajo y los comentarios todos muy buenos. Una habitación pequeña en un departamento compartido era todo lo que necesitábamos para nuestra llegada a Santiago, el tiempo de aclimatarnos a la ciudad para después buscar otra renta. Como lo mencionaron los comentarios, recibimos una gran ayuda por parte de nuestro huésped para conocer la ciudad y diversos consejos. En estos tiempos pensábamos buscar un departamento-estudio cerca del centro y de las zonas donde se encuentra la mayoría de los despachos de arquitectura.
Después de las primeras búsquedas, nos dimos cuenta de unos detalles que complicaban el asunto: pedían muchas veces un contrato de trabajo, fiador o un número de identidad chileno. Además, las protestas del Estadillo Social volvían a la actualidad, en la zona del centro, y la administración se tardaba en proceder nuestra cédula de identidad chilena.
Entonces decidimos extender nuestra estancia. El cuarto está pequeño, pero con espacio necesario para guardar nuestras cosas y no tener las maletas molestándonos a cada rato. Una litera que no es lo mejor para una pareja, pero no nos molesta por una estancia limitada, uno se acostumbra. El huésped es realmente una muy buena persona y nos ha tratado como si fuéramos de la familia. El departamento está bien ubicado y nos hemos acostumbrado a la zona, a los transportes públicos y a los lugares cercanos para comprar barato. El cuarto que rentamos solamente era libre por una o dos semanas más, pero pensamos que iba a ser suficiente para encontrar otra cosa, hasta otro air bnb más barato en el peor de los casos. La opción era de proteger nuestras economías rentando algo chiquito y económico en lo que nos tardamos en encontrar un trabajo, para después poder rentar algo más grande por un tiempo más prolongado.
La cuarentena cambio estos planes.
Con suerte para nosotros, los que iban a rentar nuestra habitación después cancelaron, todo el barrio estaba en cuarentena con imposibilidad de mudanza (o si no hay que cumplir con 15 días sin salir, lo que es limitado por quien se va una semana de vacaciones), así que pudimos extender nuestra estancia.
Estamos ahora compartiendo el departamento con una chilena –dueña del departamento- y dos colombianas que vinieron de intercambio. Para ellas, después de un día de clase se cancelaron las clases presenciales y tuvieron que quedarse encerradas por la cuarentena, al igual que todos en el departamento. Empezó el 19 de marzo con una semana de cuarentena voluntaria, y desde el 26 de marzo en cuarentena obligatoria y total.
Así fue como llegamos a vivir en seis metros cuadrados.
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