Fin de verano en el balcón
- Merly
- 29 juin 2020
- 3 min de lecture
Dernière mise à jour : 30 juin 2020
Últimos momentos para disfrutar del balcón antes de la llegada el invierno.

Volvamos un poco en el tiempo, dos meses atrás.
Abril 2020.
En Santiago de Chile el verano llega a su fin. Las temperaturas bajan bastante pero todavía es imposible quedarse en el sol después de las 11am a menos de querer quedar tan quemado como una langosta y de sudar toda el agua del cuerpo. Pero conforme más pasan los días la puesta de sol se adelanta y las noches son más frías.
Me hubiese gustado poder disfrutar este fin de verano para ponerme unos shorts e ir a caminar en el cerro San Cristóbal que se encuentra en la Ciudad de Santiago y así poder disfrutar de la vista que ofrece desde las alturas, hacer ejercicio y broncearme un poco antes de la llegada del invierno. Pero con la pandemia del Covid-19 y la cuarentena es imposible salir sin permiso de la policía. La única manera de tomar el aire es de sacar la cabeza por la ventana (poco práctico) o de instalarse en el balcón.
Entonces quiero dar las gracias a este balcón con el siguiente texto.
Como arquitecta conocía las ventajas de los balcones y de las terrazas, pero con la cuarentena creo que todos aquellos que viven en departamentos también entendieron la importancia de estos pequeños espacios.
Obviamente las dimensiones de los balcones son razonables, pero en general permiten instalar una mesita en el exterior con una o dos sillas, para los suertudos. Ofrecen un espacio exterior donde se puede disfrutar del aire. Nos da la oportunidad de «comer afuera». Podemos quedarnos a broncear. Podemos tener plantas y cuidarlas. Podemos disfrutar del paisaje y del cielo (si el balcón ofrece una linda vista). A lo peor podemos observar los que andan en la calle abajo. “¡Hey! ¡Quédate en tu casa!”. Si, nos ponemos celosos hasta de los que salen a pasear su perro.
Volvemos a los balcones. El mío -más bien el del departamento en el cual me hospedo- tiene una vista increíble: hacia la obra que se está construyendo en frente, hacia la vía férrea, hacia las naves industriales y hacia las montañas. Santiago se encuentra rodeada por las cordilleras de los Andes y de la Costa. Para quien puede tomar un poco de altura, el panorama ofrece montañas por cualquier lado hasta que la vista lo permite.
Siempre viví en región parisina, por esa razón poder ver las montañas por la ventana es increíble. Todos los días el paisaje se ve muy diferente, dependiendo de las nubes, neblina o la iluminación… Es una muy linda distracción.
El balcón. Estaba hablando del balcón. El departamento está en esquina así que si sacamos la cabeza por encima del barandal podemos ver detrás de nosotros el cerro San Cristóbal con la virgen a su punta y al fondo está la famosa cordillera de los Andes. Con la baja de las temperaturas, la nieve aparece en la cima de dicha cordillera, pero para poder disfrutar de este espectáculo tenemos que torcernos el cuello y que la vista esté despejada.
Entonces así es, este balcón es nuestra salida cotidiana. En la mañana bebemos nuestro te ahí, disfrutando de la tranquilidad relativa de la ciudad, de las temperaturas agradables y de la vista. Es nuestra pausa necesaria en el día para ventilar un poco o sentir las caricias de los rayos del sol sobre nuestra piel. Es un lugar tranquilo en la noche para tomar una copa de vino mientras contemplamos las estrellas.
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